martes, 29 de julio de 2008

La Expo... (I)

Cuatro posts en un día!!! A ver si consigo que alguien se quede con ganas de leer algo después del interesante artículo de Gorilo.

Como ya os conté, el pasado fin de semana XXL aproveché para darme una escapadita por "Almendrolandia" (Chuspe dixit), a ver la Exposición Internacional (que no Universal) 2008. Primera decepción: es un evento temático. "Agua y Desarrollo Sostenible" reza el título, aunque podría haberse llamado "El hombre está destruyendo el mundo", porque esta Expo no es sino una acusación inmensa a todos sus visitantes. Mal rollo de entrada. Por cierto, ni EEUU ni el Reino Unido están representados... qué cosas...

Además, cuando uno acude a semejante convocatoria, invirtiendo más de 50€ diarios, espera al menos conocer algo más de los países cuyos pabellones ha visitado. Creo que una muestra como ésta debería servir para eso, mostrar a sus visitantes esas partes del mundo que saben con certeza que jamás van a pisar. Y, si se pone a tiro, llevarse un souvenir. Pero no ha sido el caso.

Aún más, en otros términos, la Exposición debería enriquecer las infraestructuras de la ciudad que la alberga, dejar huella indeleble en ella. París tuvo su Torre Eiffel, Sevilla su Isla de la Cartuja... pues bien, Zaragoza dejará un edificio hueco de veintitantas alturas, que no pisos... ya veremos por cuánto tiempo.

Lo cierto es que el viernes fui con los ojos bien abiertos, dispuesto a pasarlo muy bien, a comer y dormir muy poco y a pasear y esperar mucho. Pero el sábado a media tarde, con prácticamente todo visto, el desencanto me invadió. El domingo lo aprovechamos en una exposición mucho mejor: la de "Goya e Italia", en el Museo de Zaragoza.

Viernes 25 de julio...
Cuando 16 horas después de aparecer en la cola de la entrada, sales por la misma puerta, haces un análisis de si el esfuerzo ha merecido a pena. Porque si el recinto se abría a las 9:30, el viernes, mis amigos Almudena, Juanan y Miguel y yo mismo nos presentamos en la cola de entrada una hora antes. El plan salió bordado: dos personas corren a la cola de pases rápidos más cercana (hay que ver el "Acuario (fluvial) más grande de Europa") y otras dos a la del pabellón de España, que requiere de un pase especial. Conseguimos pases para ver ambos pabellones esa misma mañana. Han pasado dos horas, no hemos visto nada y ya estamos eufóricos porque hay mucha gente en la cola que ni siquiera podrá entrar hoy. Eso es lo que yo llamo tener las expectativas por los suelos: te alegras de poder entrar a mirar, esté la cosa bien o mal.

Pues bien, el Acuario es grande... como mi casa. Hay pececillos de muchos ríos, incluso un par de nutrias, caimanes y boas, pero vaya, en media hora lo liquidas. Además, unas cuantas peceras estaban vacías, no se sabe muy bien por qué (¿pescaíto frito?). Decepción mayúscula.

El pabellón de España es una especie de conglomerado de "trabajos de ciencias de fin de curso" típicos de las escuelas americanas, o al menos de las escuelas que salen en las pelis americanas, supongo que los menores de 16 lo disfrutarían, pero a mí me pareció absurdamente básico. Y la proyección inicial, en un techo semiesférico, cuanto menos, incómoda para los espectadores de las primeras filas, por no decir insufrible.

Vimos otros 50 pabellones, más o menos olvidables. Sólo destacar el de Madrid, con una bonita simulación de lo que debe ser una galería subterránea del Canal de Isabel II, a base de efectos ópticos con espejos, la zona de América Latina, con actuaciones en directo cada hora, y la del Caribe, con un bar de cocktails tropicales espectaculares. Los daikiris sólo se pueden calificar como obscenos.

Visitamos también la "Torre del Agua", ese edificio que mencionaba al principio, que, una vez finalizada la Expo, me temo que sólo servirá para subirlo corriendo o en bici en busca de récords. Es que ni siquiera se les ha ocurrido poner un restaurante con vistas en la azotea, sólo un garito sin ventanas donde ponen comida rápida y Coca-Cola de grifo.

En el centro de la torre que, repito, está hueca, no tiene suelo en casi ninguna planta, sólo hay un primer ambiente, con inspiración del Krypton que se veía en "Superman" y luego, unas plantas más arriba, una extraña escultura, a lo T1000 en Terminator 2, que cuelga desde el techo.

En la foto, tras de Almudena, Juanan y la plasta de metal informe, veréis los pasillos espirales de subida y bajada, que se entrelazan cuales hélices de ADN.

Ventitantas plantas de subida, ventitantas de bajada. Y nada que ver, más allá de lo que uno atisba desde las ventanas. Mal negocio. Y hubo quien hizo cola por entrar aquí... en fin...

Para el sábado dejamos el pabellón de "Agua extrema" y una visita a Alemania, Japón o Corea, que son de los pabellones con colas mayores, entendimos que por su espectacularidad... pero eso lo contaré mañana.

5 comentarios:

  1. Bueno, pues si te soy sincero...mas o menos lo que tu dices es lo que me ha dicho todo el mundo, que no merece la pena, y es una lastima porque yo tenia ganas de ir, pero entre unos y otros me las han quitado.
    Con lo chula que fue la Expo de Sevilla con su Curro y todo...que gran recuerdo tengo yo de esa Expo...y mira que era pequeño!

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  2. Cuando de pequeño me metí en un "Castillo del Terror" de esos que ponen en las ferias -ya sabéis, un cochecito que va sobre raíles y pasas por unos decorados 'serie B' patéticos- comprendí que tras una larga cola, un pase caro y unas altas expectativas sólo hay decepción.

    Las "expos" son Castillos del Terror más sofisticados y para mayores. Un juguete para políticos fantasiosos con ego y con poca imaginación - o más bien imaginación infantil.

    Por cierto, la isla de la Cartuja, no sé, creo que se ha aprovechado regulín. Está el edificio Expo, conocido como 'el oxidao', dado su revestimiento metálico al natural , que es en sí mismo una atracción, ya que cuando llueve puedes ver los chorreones de óxido haciendo hermosos ríos ferruginosos.

    También está el ed. del ex-pabellón de Andalucía (creo) que ocupa la hacienda andaluza. Y creo que ya está.

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  3. Ostras, Gorilo, me has pisado el argumento del episodio II. El pabellón de Alemania es precisamente como una atracción de feria y es lo que iba a explicar en el segundo artículo, lo del pase caro, las expectativas y la decepción... en fin... mañana veo cómo reenfocarlo.

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  4. Superpoder absurdo al canto: "Anticipación de argumento en entrada de blog"

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  5. Decidle a la moza de la foto que le he buscado un novio por aquí.

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