lunes, 14 de julio de 2008

El reto...

Bien, hoy me has llamado y me has puesto un reto. Es mucho más de lo que le puedo pedir a una tórrida noche de julio, así que me lo he tomado como algo personal: ¿Cómo se envía un email "anónimo"? Pues claro, todo depende...

Lo más lógico, loable y legal, probablemente sea crear una cuenta en Gmail, Hotmail o similar. Esta solución vale para cualquier destinatario, pues el mail proviene de internet. Basta registrarse con un nombre figurado, "Fulano de tal", y ponerle una dirección adecuada que pase los filtros antispam, por ejemplo, "fulano.de-tal@gmail.com". Y luego, entrar en la cuenta y enviar el mensaje desde ahí.

Otra opción es utilizar una cuenta "anónima", o más bien, genérica, que el receptor no asocie directamente a una persona, pero sí a una empresa. El típico "recursos@tuempresa.com". Para ello es necesario disponer de una de las siguientes dos cosas:
  • un alias definido en tu usuario, que te permita enviar en nombre de esa cuenta (este caso es el mismo que el anterior, pero donde "recursos" no es un buzón aparte, sino un alias del buzón propio)
Luego, basta configurar el cliente de correo para mostrar el campo de remitente, habitualmente "De:" o "From:", y escribir ahí el nombre de la cuenta genérica.

Hasta aquí, nada nuevo, lo interesante es la tercera opción: cómo enviar un mensaje anónimo de verdad, que no se pueda rastrear... demasiado. Obviamente, ésta última no es la opción más plausible, ni acaso legal, pero bueno, un reto es un reto.
La idea es utilizar un servidor desde el que hacer "relay", al que nos podamos conectar y enviar correo desde él. Se conocen popularmente como "remailers" o "repetidores de correo". En este caso, querremos ser capaces de recibir contestación a nuestro mensaje, por lo que tendremos que acudir a un remailer de un tipo especial, el "pseudonymous remailer", "nym remailer" o "repetidor seudónimo".

Por supuesto, hay empresillas que se dedican a ponernos las cosas fáciles y ponen una web a nuestra disposición para esto. Un ejemplo es HoaxMail pero hay otras muchas. Te registras, das tu dirección válida en la que recibir las respuestas a tus mensajes y lanzas tus mensajes desde su web. Lo he probado y va bastante bien...

Y luego, claro, se puede rizar el rizo combinando cualesquiera de las opciones: te creas, por ejemplo, una cuenta en Hotmail sólo para registrarte en el remailer y recibir la contestación ahí...

Ahora, un poco de música... ad hoc.

2 comentarios:

  1. Más fácil, joé.

    Te vas a un cybercafé (¿existen aún?), que esté lejos de tu casa, al que no vayas nunca. Creas la cuenta de hotmail, envías el mensaje "estimado desgraciado/a, bla, bla, bla..." pagas en efectivo y te vas.

    A veces conviene borrar las huellas del teclado (el Cillit Bang va divinamente) y es más que conveniente extremar el estilo de escritura, la puntuación, faltas de ortografía dan pistas al destinatario.

    Conozco al primo del amigo del cuñado de un amigo que lo haría por un módico precio ¡¡jajajajaja!!

    ejem...

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  2. O ya puestos a contar una peli, te vas con un portátil, con su Windows recién instalado en una máquina virtual VMWare, a una zona residencial o pueblo suficientemente lejano, haces uso de una WiFi desprotegida (creo que en el Vellón hay de ésas a mogollón... ¿verdad, Sanmi?), te creas un buzón de Yahoo! y lo usas psra redirigir otro de Hotmail, y ése uno de Gmail... y luego ya te quedas a vivir ahí porque no te acuerdas de por qué fuiste, pero ya eres uno más del pueblo después de la cerveza número 15...

    Por cierto, gran momento en el ciber de Armilla, nen... esos traterrestre ugandol Contehtrai (quíoputamamataaao)... qué risas nos echamos...

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