martes, 25 de enero de 2011

En casa con una moza medieval. Parte II

Lucía. No me lo puedo creer. Tengo a la mujer más bella del mundo, quizá de la historia, en casa, esperándome. Llegaré del trabajo y tendré esa vida que siempre he soñado, al lado de una persona simplemente excepcional. Lucía... qué bonitas rimas se me vienen a la cabeza con tu nombre, qué sentimientos más puros has resucitado en mí. Todo este tiempo he sabido que nací para traerte a mi lado y hacerte feliz. Lucía...



Llego a la oficina y noto a mis compañeros bastante nerviosos. Supongo que no están acostumbrados a esta sonrisa absurda que llevo en la cara. Soy plenamente feliz y no puedo disimularlo. Tengo ganas de cantar, de mirar al cielo y sonreír como lo hacía Gene Kelly en “Cantando bajo la lluvia”.

La mañana pasa volando. No he tenido tiempo para chatear con nadie, pero mis amigos ya conocen tu existencia. Cambio mi estado en Facebook, “en una relación”: sé que unos cuántos se alegrarán, por fin, de leer eso... Y dejo un enigmático apunte en Twitter: “Hace muchos años lucía, ahora deslumbra...”

Hablo contigo a cada hora. No reconozco mi propio tono de voz, mi uso desmedido de los diminutivos, mi tartamudeo. Mi jefe me mira de reojo y esboza una sonrisa, como recordando sus momentos de noviazgo más intenso. Está decidido, iré a comer a casa, necesito verte, necesito sentirte.

Vuelvo al metro. No te vas de mi cabeza. Te veo en todas las caras... un momento... ese anuncio de yogures... esa sonrisa... ¿Puede ser Lucía? ¡¡¡¡Es Lucía!!!! ¿Cómo es posible?

Saco una foto con el móvil al cartel de Danone y echo a andar hacia casa. No puedo creerlo, mi chica medieval tiene un doble perfecto en nuestra época, la voy a sorprender con la noticia.

Abro la puerta y escucho el inequívoco chorrear de la ducha. Mi mujer del pasado debe seguir obsesionada con esa suerte de lluvia artificial entre cristales y porcelana, como me dijo por teléfono.

Aprovecho la circunstancia para documentar un poco mejor la anécdota del metro: utilizo Goggles para buscar la imagen en internet, porque estas herramientas modernas reconocen las caras mucho mejor que un prosopagnósico como yo. El buscador la identifica como a una modelo escocesa, Louise Parker... y de paso me muestra algunas otras imágenes de la “doble” con la misma ropa que ahora mismo debe llevar Lucía en mi ducha. Muy mona, pero mi mujer eterna es mucho más exuberante.

Recibo algunos mensajes en el móvil: “Por fin!! Enhorabuena Píter!!!”, “Alguien ha entrado en tu cuenta del facebook y te ha gastado una broma...”, “Llámame AHORA!!!”, “Ven a Jazztel, por 9,95Euros al mes”...

Lucía sale del baño, majestuosa. El pudor no existía en su época, está claro. Se aproxima a mi y, sin importarnos la seda de mi corbata ni la humedad de su cuerpo, nos abrazamos ardorosamente. Le enseño la foto de Louise, su doble, y su expresión, lejos de la sorpresa, irradia preocupación. Se mete en la habitación -“deja que me vista para la comida”- y cierra la puerta, tras de sí.

CONTINUARÁ...

(Idea original de Gorilo, reinventada por Diego)




viernes, 21 de enero de 2011

Baile de cifras, conclusiones extrañas

Recientemente, con la nueva ley antitabaco, estamos escuchando a diario en las noticias todo tipo de cifras al respecto, la cantidad de cigarros que se fuman al día como media, los precios del tabaco, los miligramos de humo que se expulsan a la atmósfera por parte de los fumadores...

Pero hay dos datos que me han llamado poderosamente la atención, según las últimas encuestas (y parece que coinciden unas cuantas) hay datos que dicen que la población fumadora en España es alrededor del 25% y que los fumadores están disminuyendo año tras año.
Por otro lado, hoy mismo he visto en un telediario matutino (que en lugar de venir en bolsa como las patatas matutano, es el que echan por las mañanas temprano) que el 55% de los establecimientos hosteleros están despidiendo a gente porque han notado un descenso en sus ventas de aproximadamente el 70% debido a la ausencia de fumadores en sus locales.

Veamos, según nos cuentan, solo el 25% de la población fuma, pero dicen que como ahora no se puede fumar en los bares, se está perdiendo un 70% de recaudación. ¿Quieren hacernos creer que ese 25% de la población española es la que se bebe el 70% del alcohol de este país? Si así fuera, el problema no es de tabaquismo, es que esos pobres que conforman ese 25% lo tienen todo, solo falta que también les achaquen un incremento en el consumo de droga y delincuencia y que los empareden a todos.

Yo no soy fumador y a pesar de que reconozco que el tabaco es perjudicial y me alegro muchísimo de ver que puedo disfrutar de tomar algo sin apestar a humo ni tragarme las exhalaciones tóxicas de otros, pero de ahí a demonizar como se está haciendo a la población fumadora va un trecho.

A ver si de una vez somos coherentes con los números y hacemos estudios realistas sin caer en sensacionalismos ni interpretaciones surrealistas de los más que extraños datos expuestos.

Próximamente (porque será el siguiente colectivo que toque manipular) los moteros, esos "locos temerarios" de la carretera... y ahí sí que entraré al trapo.

lunes, 17 de enero de 2011

Gastos de... ¿gestión?


Nos estrenaremos por aquí en un día repleto de asombro e indignación con algo que últimamente y cada vez más, se va extendiendo por la multitud de sitios a los que podemos acceder para realizar cualquier tipo de transacción electrónica con dinero de por medio.

Pongámonos en antecedentes:
Un día cualquiera estás en tu puesto de trabajo y se te ocurre que quieres comprar un par de entradas para sorprender a tu maravillosa novia y llevarla a un espectáculo; entonces piensas en acudir a taquilla y comprarlas allí pero te surge la duda de que si lo haces de la manera tradicional, eso implica que tenga que haber un edificio por el que pagan alquiler, una serie de gente que realice mantenimiento del mismo (iluminación, reparaciones, limpieza...) así como por lo menos una persona atendiendo la taquilla (hasta que no se pongan de moda los robots taquilleros tendrá que seguir habiendo una persona allí), además esta persona tiene que entrar al sistema, meter tus datos, asignarte unas localidades (la mayoría de veces sin que te quede muy claro si son las mejores porque lo decide el amable vendedor bajo su propio criterio y tras un larguísimo periodo de deliberación de unas 5 milésimas de segundo)... en fin, todo un maremágnum de gastos asociados lo que sin duda, aplicando la lógica más básica, encarecería el precio de esas preciadas entradas.

Por otra parte, si utilizas las más modernas tecnologías que la ciencia ha puesto a tu disposición (ese PIII con 256MB de RAM con una RDSI a 64Kb que tienes como puesto de trabajo en la empresa aun estando en 2011), puedes comprar de una forma más rápida las entradas, eligiendo tú mismo las localidades y evitando que la empresa vendedora necesite toda una serie de infraestructuras y de personal para ello, lo que hace que le ahorres multitud de gastos y solo necesiten su servidor online con un software que compraron hace 10 años y funciona igual que entonces (igual porque va igual de mal, de lento y es igual de tedioso de utilizar que entonces porque nunca se le ha hecho más mantenimiento que actualizar el antivirus) sin necesidad de que el propio programita de marras haga nada ya que hasta tú metes todos los datos necesarios y eliges los sitios deseados.
Decidido, opto por la compra online, que es más cómodo para ellos, para mi, más rápido y seguro que más barato.

Cuando acabas de introducir todos los datos después de que el formulario te los haya borrado 3 veces porque olvidaste meter la fecha de nacimiento de tu pez favorito, el color de la sábana bajera de tu abuela y la potencia de la bombilla del salón del vecino del edificio de al lado, eliges los sitios de entre los 5 que quedan libres (¿cómo puede ser posible que si la venta empieza a las 10 y yo entro a las 10:01 y hay disponibles 35675 entradas, solo queden 5 libres?) y compruebas como el precio es el mismo que ponía el cartel que colgaba de la taquilla la tarde anterior con el anuncio de la fecha del espectáculo. Bueno, no me he ahorrado nada, piensas, a pesar de haberles hecho yo todo el trabajo y haberles ahorrado bastantes costes, pero para tu sorpresa, lo mejor aun está por llegar... ¿me habrá tocado un perrito piloto o una muñeca chochona? ¿quizás me harán un megadescuento de un 0'005% en mi próxima compra superior a 500€? ¿me darán a lo mejor un calendario del año pasado que no pueden vender? no, mucho mejor, cada entrada cuesta 50€, así que el total de mi compra es de 100€, pero oh, sorpresa, me ha correspondido un cargo de 47'82€ por entrada en concepto de "Gastos de gestión".

Es decir, ¿me están diciendo que si hubiera ido a la taquilla, por el mismo precio hubiera podido ir 2 veces al espectáculo? Pues sí, me temo que es así, pero es muy tarde para anular la compra y arriesgarme a que cuando llegue a taquilla la señorita vendedora haya salido a tomar café aburrida porque no tiene clientes y los ávidos compradores online se hayan llevado las últimas 5 entradas que quedaban, así que resignado compro mis 2 entradas al doble de su precio pagando mi trabajo a la empresa que vende los tickets.

Tras pensar un momento, decido mandar un mail al buzón de contacto que encuentro escondido en un mar de páginas tras más de 10 minutos buscando en su horrorosa e inaccesible web con el siguiente texto sin muchas esperanzas de recibir respuesta alguna:
Acabo de proceder a comprar 2 entradas para un espectáculo a través de su web, pero al ir a efectuar la compra he visto que cobran 47'82€ de gastos de gestión por algo que hace un sistema informático sin que nadie tenga que intervenir para nada. ¿Me podrían explicar en qué consisten esos 47'82€ de los supuesto gastos de gestión que pretenden cobrarme para no sentirme estafado y robado? Gracias.
Para mi sorpresa, pasada media hora recibo contestación (se ve que como el sistema lo hace todo solo y no tienen trabajo alguno, por lo menos se dan prisa en contestar los mails), me decían lo siguiente:
Estimado cliente:

La diferencia que existe viene dada por los gastos de comisión que se cobran por la venta anticipada y tener garantizada una butaca.
Atentamente,
Servicio de Atención al Cliente.
Es decir, que tocará suponer que si la compra la realizas en taquilla, lo más probable es que te toque sentarte en el suelo en el mejor de los casos, pudiéndote tocar en el momento de la asignación de sitios que te sientes en un extintor o lo que es peor, en un cenicero con el consiguiente olor a colilla en las posaderas ya que no te garantizan que te toque una butaca (butaca que por otra parte espero poder llevarme a casa, porque por los 47'82€ por darte un asiento, no queda otra que te regalen la silla donde te toque sentarte a modo de recuerdo)

Solo me cabe plantearme si será posible acudir a taquilla con una silla plegable debajo del brazo y solicitar un par de entradas para mi espectáculo favorito la próxima vez indicando que no hace falta que tarde sus 5 milésimas de segundo en asignar asiento, que ya lo pongo yo mismo donde vea un hueco.

jueves, 13 de enero de 2011

En casa con una moza medieval. Parte I

7:00 de la mañana...esa hora en la que el despertador suena día tras día de lunes a viernes durante todo o casi todo el año.

Me estiro, bostezo cual oso pardo y me rasco entre las piernas para ver que todo lo que tiene que estar en su sitio está. Me incorporo y bajo las piernas de la cama (aún no he podido abrir los ojos), me rasco la nuca y de nuevo entre las piernas. Me vuelvo a estirar...me levanto con todo el sigilo que mi torpe y gran cuerpo me permite para no despertar a la doncella que me he traído en mi Delorian desde la edad media, si si, de la edad media. Consigo abrir mas mal que bien los ojos y la miro...Que guapa es... en esta época no habría conseguido nunca una muchacha tan hermosa y me voy a la ducha.

Solo llevamos aquí dos días y los hemos pasado en la cama haciendo el amor y comiendo de encargo... ha alucinado con las comidas modernas... y hoy ya la tengo que dejar sola... ayer la estuve explicando como funciona el teléfono por si me tiene que llamar... y la tele para que este entretenida (el Ipad lo he guardado porque aun no la veo preparada para usar mi mas preciado tesoro...)

Mientras desayuno no me la puedo quitar de la cabeza... casi se me quema la tostada, se me ha salido el café y me he tenido que cambiar la camisa...porque me he tirado el zumo encima... pero sigo sin poder quitármela de la cabeza... estoy como flotando en una nube... feliz, sonriente... ¿estaré enamorado?

Entro en la habitación para despedirme. - Lucía (así se llama) - la susurro - Lucia, me tengo que marchar - PERO QUE BONITA QUE ES... - ¿Te acuerdas de todo lo que hablamos ayer? Te dejo el número al lado del teléfono para que me llames cuando quieras o para lo que necesites, como practicamos, ve la tele, o escucha música, date un baño y come algo que yo vuelvo enseguida, ¿vale?-,-Mmmmmmmm, vale hombre del futuro...MUACK!- Y me planta un beso en los morros... Definitivamente, ¡¡estoy enamorado!!

Me voy al metro y por el camino lo único que se es que no puedo quitármela de la cabeza.

CONTINUARÁ

(Idea Original de Gorilo)