En realidad todo es mucho más fácil: ellos tampoco me reconocen a mí. Además, aparte de mi superpoder de detección de garrafón con solera, soy un excelente imitador. Perfectamente podría dedicarme al mundo de la farándula; ya saben, imitar a Rocío Pantoja, Leandro Sanz, Ana Bodegón y gente así. Puedo imitar con precisión quirúrgica los gestos y la voz de un chorizo e integrarme en su ambiente, compartir mesa y mantel con sus secuaces y quedarme con todos.
Mantener esta habilidad requiere método y mucha práctica - me va la vida en ello -, que me obliga a plantearme retos a diario. Se trata de suplantar a una persona de mi entorno, pero introduciendo algún elemento novedoso y relevante que cambie la percepción que los demás tienen de ella. Así puedo certificar por su reacción que el engaño ha funcionado y que mis habilidades siguen intactas.
Recientemente suplanté a un profesor con el que coincidía en el metro, y que solía coincidir, a su vez, con varios de sus alumnos. Daba clases de Coeducación Solidaria Intercultural en la Facultad de Farmacia. Un tipo peligroso, ya saben: piercings, algún tatuaje, lector de diarios gratuitos e iPod tuneado con la foto del Che. Se la juré. Estudié sus gestos y empecé a desayunar fabada. No pasó mucho tiempo hasta que una mañana no apareció (sus alumnos sí), y me acerqué a los chicos. El resto es fácil de imaginar: proximidad de los alumnos y gases deseosos de ver mundo (para más referencias consulten: Dinámica de Gases en Medios de Transporte Subterráneos). Los chicos se han matriculado en Química Orgánica y van a clase en autobús desde entonces. Como debe ser.
Confieso que me he hecho pasar por el conserje de mi casa para revelar a varios vecinos que era gay. La verdad es que le ha ido mucho mejor desde entonces. Todos le respetan más, recibe mejores propinas e incluso le añaden como amigo en Facebook. Según mi vecino Antonio Jesús, tasador de la propiedad, tener un conserje gay puede aumentar un 3% el precio de una vivienda.
- Antonio Jesús, ¿y si tuviéramos un tasador gay?
- ¡Uy! Eso sería la repanocha, un 5% de sobretasación adicional calculo.
- Entiendo... entiendo...
OOOOOOLEEEEEEE!!!!!
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