Superpoderes absurdos (I)

Hace unos días leí una reseña sobre un comic llamado Freshmen, en el que unos estudiantes adquieren ridículos poderes a causa de una explosión nuclear, y ese hecho me recordó que vengo pensando en escribir este artículo desde hace mucho tiempo. En contar algo sobre esos superpoderes absurdos que todos tenemos, pero que no sirven para nada.

Definición: Se considera superpoder absurdo a toda capacidad sorprendente o ajena a la normalidad que carece de toda utilidad, ni para el bien propio ni el ajeno.

Por ejemplo, yo mismo dispongo al menos de tres. Se podría, por tanto, decir que soy un superhéroe absurdo por triplicado. Y, a diferencia de Clark Kent, Peter Parker, Bruce Banner, Bruce Wayne, y tantos otros, yo no los voy a ocultar:

El primero de mis superpoderes es la detección instantánea de erratas. Es como si saltasen de los textos de cualquier párrafo, escrito en cualquier idioma. Automáticamente, sin leer ni acaso entender nada del texto, identifico palabras mal escritas por más que se oculten enmedio de farragosos artículos (como éste), de códigos fuente de programas, de manuales de usuario, de clásicos de la literatura, de subtítulos de anuncios televisivos o murales publicitarios. Con los tiempos que corren, mejor no hablar de lo que sufro visitando los foros de internet, viendo en la tele programas de los que admiten mensajes de texto de cualquiera, leyendo la prensa gratuita...

El segundo es la agudeza visual extrema. Se podría decir que veo "demasiado bien", "demasiado claro", que la resolución de mi mirada es de varios megapíxeles más de los necesarios. De niño, era capaz de leer las matrículas de los coches desde la terraza de mi casa, un sexto piso, a lo largo de toda mi calle. Cierto es que mi trabajo y mis hobbies tratan de igualarme a la media, a base de pasar horas frente a la pantalla de un ordenador o de mi plasma, pero de momento conservo una agudeza sorprendente. Recuerdo que en mi última revisión médica obligatoria, la que pasé para entrar a trabajar en Amena, el médico me pidió leer las letras más pequeñas que pudiera del típico letrero de oculista clavado a unos tres metros de mi silla. Leí sin problemas, muy fluídamente, la fila de más abajo, la de letra más pequeña. En el informe valoró mi capacidad visual como "Normal"... NO TE JIBA, HABÉRMELO PUESTO MÁS DIFÍCIL!!!!

Además, este superpoder, como todo superpoder absurdo, más que utilidad me crea problemas. Soy incapaz de disfrutar de una buena experiencia cinematográfica en una sala convencional, la proyección siempre está, más o menos levemente, desenfocada. Eso por no hablar de la horrible sensación de ver una peli, no ya en VHS, sino incluso en DVD. Definitivamente estoy condenado a dilapidar mi sueldo en pelis HD... de hecho, hasta la resolución de mi plasma (720p/1080i) empieza a parecerme insatisfactoria :( Probablemente escriba alguna vez sobre la experiencia visual relativa a la resolución de una pantalla, su tamaño y su distancia respecto al televidente.

Pero esta entrada es sobre superpoderes. Y como decía, tengo otro más, si cabe, aún más absurdo: puedo prever, con minutos o incluso segundos de antelación, una llamada telefónica de alguien con quien no hablo desde tiempo atrás. Podíamos llamarlo presentimiento telefónico. Y, claro, explicárselo a alguien que te llama después de no saber de ti por muchos meses...

- ¡No te lo vas a creer! Ahora mismo estaba pensando en cuánto tiempo hace que no sé de ti y estaba buscando tu número en mi agenda para llamarte...

- Sí, claro...

Reconozco que es tan sorprendente tenerlo como embarazoso reconocerlo.

Una variante de este superpoder que vengo desarrollando en la actualidad es la capacidad para presentir a la recepción de un SMS o un correo "no deseados"... o más bien, "no esperados". Pienso "cuánto tiempo que no me invita SAS a ningún evento..." y SAS!!! Invitación al canto!!!! O "qué raro, hace dos meses que no me envían noticias de Marca por SMS..." y HALA!!! tres SMS de Marca con la clasificación de la etapa, de la general y de la montaña de la vuelta a los valles mineros... muy útiles, oiga...

Y otra variante del mismo superpoder: "cuánto tiempo hace que no cambio mi password de Windows", (cámbiese por cualquier otro sistema, más o menos operativo), "debe estar a punto de caducar..." Catacrock!!! Su password ha caducado.

Pero ahora viene lo bueno: que vosotros, como buenos X-men, expliquéis vuestros superpoderes, innatos o adquiridos, pero absurdos. Seguro que los tenéis. Y que son tan inútiles, o incluso molestos, como los míos.

Hala a poner comentarios!!!


Actualización 02/07/2008

De acuerdo, reconozco una nueva rareza. Más que un superpoder absurdo es una cualidad extraña, pero no es inútil, al menos para mí, porque me permite marcar referencias temporales para los hechos más relevantes de mi vida. Es cierto, Diego, podríamos decir que tengo una memoria indexada respecto a los partidos del Madrid.

Y así recuerdo mi primera jornada laboral de 36 horas consecutivas, con el solo paréntesis de mi asistencia al partido de vuelta de cuartos de final, el año 2001, contra el Galatasaray de Hagi. 3-0 en el descanso y los turcos que empiezan a tirarnos agua desde el banquillo a los espectadores más cercanos para provocarnos. Y del Bernabeu, de vuelta a la ofi, que el Sr. Maestro había decidido actualizar un servidor Domino a la v5.0.4 en español... machacando por el camino todo el directorio data en que se hallaba la aplicación que ibamos a presentar a las 9 de la mañana del día siguiente, tras dos meses de desarrollo.

Y esa vuelta de la semifinal de Champions del año 2000, contra el Bayern, con el gol postrero de Anelka que nos clasificaba para la final de Paris... ese día tuvimos una incidencia bien gorda en el sistema de Gestión de Peticiones de Amena y por poco me quedo sin ver el partido... y en Barcelona!!!

Y ese otro Madrid-Bayern en la Champions del 2004, ese gol de Zidane que me salvó la vida... porque al día siguiente me quedé dormido, llegué cinco minutos más tarde de lo normal al tren y las bombas del 11-M las escuché en Embajadores y no en Atocha.

Y ese famoso 0-3 del Barsa en el Bernabeu en noviembre de 2005... mi padre se tuvo que morir la noche antes para que me perdiese ese partido.

Y también lo que sucedió el pasado 22/12/2007, un día antes del último Barsa-Madrid, el día en que el sorteo de octavos de la Champions nos emparejaba con la Roma. Y que ese viernes todo me parecía maravilloso, y más aún el día siguiente, con ese gol de Baptista que nos dio la victoria en el Camp Nou ventitantos años después, con todas las navidades por delante. Y que más que por unas navidades pasé por un vía crucis del que no he logrado levantar cabeza hasta hace bien poco... os doy las gracias a los que estuvísteis ahí.

Vaya, reconozco que mi sistema de referencia es poco común, pero repito, no es inútil...

Y, una vez más, un poco de música...