El día "i" 2.0

Al fin, llegó el iPhone
de tercera generación

La keynote del WWDC'08 ha supuesto, como todos esperaban, la aparición del nuevo objeto de deseo tecnológico, el cacharrito que todos queremos tener nada más salir a la luz: el iPhone 3G.

Las únicas características del teléfono que no han satisfecho a todo seguidor son la cámara, que sigue siendo de 2 megapíxeles, (ni rastro de una cámara extra para videollamada en el frontal), y el grosor que, contra todas las conjeturas, pasa a ser algo mayor.

El resto de características, no por esperadas son menos impresionantes: UMTS/HSDPA, GPS, Bluetooth 2.0 en cuanto al hardware, y Google Maps con localización GPS, descarga de aplicaciones vía Application Store, localización geográfica automática (geo-tagging) para las fotos, soporte de sincronización con Exchange... y todo lo que ya se podía ver en la v2.0 de firmware que lleva el simulador de iPhone incluido en su kit de desarrollo, en cuanto al software.

Por cierto, también estará disponible la actualización gratuita a v2.0 para los iPhones de la primera hornada, y por $9,99 para iPod Touch... incluso para los que ya pagaron por el software extra de iPhone para su iPod.

Pero con todo y con eso, lo más impresionante de la noticia se ha producido antes de la presentación del terminal mismo: estará disponible en 25 países desde el próximo 11 de julio. Y uno de ellos es ESPAÑA!!!!! En este caso, Movistar se ha levado el gato al agua.

Y la pregunta del millón: ¿cómo acogerá España un terminal como éste? A lo largo de la última semana se ha especulado con el precio que podría alcanzar el iPhone español, desde los 200€ que todos esperaban hasta, incluso, la gratuidad, con subvención completa por la operadora a cambio de un compromiso de permanencia de 2 años. La incógnita no se ha despejado aún, pero Jobs ha adelantado en su keynote los precios en dólares USA del nuevo modelo: $199 la versión de 8GB y $299 la de 16GB. Habrá que ver si estos precios se respetan en el resto del mundo, si sufriremos el cambio 1:1 de dólares a euros, o si quizá Telefónica realiza una oferta mejor.

Mi humilde opinión es que el terminal se va a vender mucho, incluso a 200€. Da a su poseedor un punto de distinción como en su día lo hiciera el Motorola Startac, o más recientemente el v3, es el gadget que todo friki desea, del que todo joven quiere presumir con sus amigos, el que todo ejecutivo deja encima de la mesa para mostrar su posición de dominio. El mercado "gris" ha traído a España más de 25.000 iPhones, personas que, conociendo que en breve tendrían a su disposición un terminal presumiblemente 3G y con el soporte y garantía de Apple España, ha preferido gastar más del doble en adquirirlo en el extranjero, liberarlo y desbloquearlo, perdiendo así la garantía.

Además, las nuevas características orientadas al uso profesional que se han incluido en la v2.0 del firmware le permitirán competir de igual a igual con toda suerte de agendas electrónicas basadas en Windows Mobile, pero dándoles un baño en lo relativo a la usabilidad y, sobre todo, en la estabilidad y autonomía. Donde no va a ganar adeptos es entre los usuarios de Blackberry, ésos que tienen callos en los dedos, que son capaces de escribir más rápido con sus pulgares en su miniteclado qwerty que con todos sus dedos en el convencional teclado de un ordenador. Ninguno va a cambiar su gadget por un trozo de chatarra sin botones, por bonito que sea. Además, la Blackberry, como el iPhone, también da un punto de distinción a sus usuarios. No, el iPhone 3G ahí no tiene nada que hacer. Como tampoco lo hará la Blackberry Thunder, la sorprendente réplica de RIM al terminal de Apple.

Creo que Movistar ha logrado una jugada maestra. Todos sabemos que el iPhone 3G se podrá desbloquear como su predecesor. Es posible que Movistar no recupere la subvención que pudiese hacer del terminal con el uso del mismo. Que la parte de la factura de sus clientes con iPhone que deberá devolver a Apple (se estima que en torno al 25%) le prive de ello. Y que el mercado gris pueda seguir trayendo terminales liberados desde otros países en los que no se exija compromiso de permanencia al comprador. Pero indudablemente ha dado el golpe de imagen que necesitaba para, años después, empezar a recuperar cuota de mercado y superar de nuevo el 50%.