Salí de la oficina bastante antes de lo habitual. Aunque mi nuevo jefe instaló Windows NT en los servidores de BI, mis compañeros se ofrecieron para solucionarlo y me animaron a que saliera pronto para poder ir al partido. Mientras espero en la acera, Carmen se brinda a acercarme a Aluche, pero justo en ese momento pasa la caravana Playboy. Unas desconocidas en biquini me empujan al interior de una limusina y llego a casa con tres copas de champán extra… y más cosas.
Tengo poco tiempo, ya que la limusina da un rodeo, lo que me permite entablar amistad con 3 ex-playmates. El partido del Madrid, como siempre en Champions, es a las nueve menos cuarto. Cambio mi uniforme de trabajador por el de aficionado al fútbol y, con mi bufanda del Madrid firmada por Raúl y Di Stéfano al cuello, salgo pitando hacia el Metro. Hace una temperatura maravillosa.
Ya en el metro, hago el trasbordo a la línea 10 en Casa de Campo. Me subo al vagón central del tren que acaba de llegar y me desabrocho, por fin, el abrigo, dejando a la vista mi indumentaria de forofo.
El vagón circula medio vacío, y yo voy escuchando un corte de la banda sonora de Love Actually, que se llama "All I want for Christmas is you". Bonita película, por cierto. De pronto, noto que una pasajera, guapísima, sentada a un par de asientos a mi izquierda, está mirándome dulcemente mientras habla por el móvil. Quizá sea alguien que conozco, ya sabéis de mis dificultades para reconocer rostros, así que sigo mirando al infinito mientras escucho mi música.
De pronto, llegando a Batán, se gira hacia mí y me acaricia el hombro:
- Perdona...
Quitándome el auricular izquierdo, le contesto:
- Dime...
- Estaba pensando si vas al estadio, a ver el fútbol...
- Sí, voy al Bernabéu.
- Pues bien, tengo dos entradas para el partido. Mi novio acaba de decirme que no puede ir. Son de un palco privado, con servicio de catering y todo. ¿Te gustaría venir conmigo?
- Bueno, no sé si a tu novio le importará…
- No lo creo, acabo de decidir que no lo voy a ver más, que voy a empezar a ser feliz.
Nos bajamos en la estación de Batán, porque iremos al Bernabéu en su coche. Estamos al aire libre, la noche es preciosa y puedo sentir el dulce aroma de los árboles de la Casa de Campo. Corre un poco de viento y la hermosa desconocida se agarra a mi brazo y se apoya contra mí. Zobrwttp, afortunadamente, no ha aparecido. Nos subimos los dos en su deportivo, y conduce relajadamente. Llegando al estadio, veo por la ventanilla la cara de los pringaos que hacen cola para conseguir un frío asiento en el tercer anfiteatro, cerca de Júpiter.
Accedemos al estadio por las puertas VIP. Me reciben con una (otra) copa de champán, mientras mi acompañante y yo (estupefacto) saludamos a algunas de las leyendas del club con las que nos cruzamos. Míchel me reconoce y sabe incluso dónde está mi localidad.
¡Ah sí! Después hubo un partido y todo eso.
Casi me caigo de la silla!!! Jajajajajajajajaja!!!
ResponderEliminarBueno, nenes, felices fiestas a todos, y no seáis malos, por lo menos hasta el año que viene.