miércoles, 3 de noviembre de 2010

Del pizarrín al iPad

Hace años me daba por pensar en el enorme salto entre la generación de mis padres y la mía, cuando analizaba las diferencias generales en la  forma de vivir: educación, vivienda, trabajo, ocio, etc. y sin necesidad de entrar en detalles tecnológicos. Se da la circunstancia, no muy especial, de que mis padres provienen de un entorno rural, así que las diferencias que percibía entre su infancia y juventud se me antojaban enormes, y preveía que mis hijos, cuando los tuvieran, tendrían una vida mucho más parecida a la mía.

La casa de mis abuelos paternos, en sus inicios, tenía suelo de tierra, granero, carecía de cuarto de baño y en el patio había un pequeño establo donde se alojaba el medio de transporte de mi abuelo: un burro. El caso de mis abuelos maternos es bastante diferente, así que lo obviaré porque no me sirve para ilustrar el salto cuántico de generaciones.

Mi padre vivió la llegada de la electricidad, iba al colegio con un pizarrín (un artilugio hecho de auténtica pizarra, que dirían los del Vip's, con una capacidad de unos 20 bytes tirando por lo alto). Por supuesto no había juguetes apenas, pocas calles estaban pavimentadas, por no decir ninguna, y en todo el pueblo había dos o tres coches, uno de ellos el de mi abuelo materno.

Así que yo me imaginaba que mis hijos jugarían con juguetes similares a los míos, que irían al colegio y tendrían clases organizadas por edades, que verían coches por las calles igual que yo, que verían dibujos en la tele y... espera, no tan rápido.

Mi generación ha visto la llegada de los ordenadores al hogar, el nacimiento de Internet, que casi se podría equiparar a la llegada de la electricidad en su momento. Recuerdo que un amigo me relataba cómo vivieron la llegada de la electricidad en casa de sus padres "la luz era muy tenue, y aquéllo era como un milagro". Algo así tendré que explicar yo dentro de unos años, de cuando trataba de conectarme con mi módem de 56k, haciendo una llamada de teléfono, el milagro de chatear en tiempo real con alguien de Australia y el alucine del correo electrónico. (Yo estaba un poco obsesionado con tener una cuenta de correo cuanto antes, porque veía que las direcciones de Compuserve eran un amalgama de números y letras y que acabaría por tener 23947sw@compuserve.com).

En realidad, y quitando la tecnología, poco ha cambiado entre mi generación y la siguiente. Podríamos añadir unas pinceladas de nociones de seguridad e higiene, por las que confinamos a los niños a jugar en espacios controlados, y bajo supervisión de un adulto, que lo que ven en la tele también son juguetes (la de Mazinger Z de juguete que se podrían haber vendido, Santo Dios) y poco más.

Los de mi generación, y se ha escrito mucho sobre ésto, hemos vivido no sólo la llegada de Internet, también del móvil, de la leche pasteurizada, el bollicao, los cereales del desayuno, el super-glue, los hipermercados, vivir a las afueras de las ciudades, la inmigración, las autovías... es decir, que en algún momento de nuestras vidas, todo eso no existía. El primer ecuatoriano que conocí era, y es, ingeniero electrónico.

¿Y qué pasa con la tecnología? ¿No es suficiente cambio? Pues sí que lo es. Lo de la leche pasteurizada parece una tontería, pero yo he ido a comprar leche a una vaquería, y me la han dado recién ordeñada así que había que hervirla. Y cuando la vendían en el supermercado, tenías que ir pronto porque si no se agotaba, porque claro, era leche del día. También he visto con mis propios ojos, de muy niño, eso sí, cómo algunas mujeres del pueblo de mis padres lavaban en el lavadero público, lo que me parece una cosa casi del siglo XIX.

Puede, o puede que no, que la tecnología lo cambie todo. Desde luego, mi hijo de 6 años hace deberes como yo hacía, (su profesora lleva 20 años en el tema y creo que ha hecho pocas innovaciones, ni falta que hace). Eso sí, adornamos los deberes con imágenes relacionadas que saco de Google Images. Es el niño quien hace el copy & paste... bueno, también el que enchufa el router, enciende el PC, abre Chrome, escribe los términos de búsqueda y selecciona la opción "Imágenes". Una tontería, claro, pero yo los deberes los hacía a mano 100%, y fue ya tarde cuando introduje la máquina de escribir.

En realidad esta entrada era más una pregunta abierta ¿la tecnología lo ha cambiado todo y tanto?

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