miércoles, 22 de octubre de 2008

Pitercio for President

Estamos en crisis, y mucho me temo que ni el Gobierno ni los responsables de las entidades financieras están preparados para afrontarla. Según un amigo banquero – colega de Emilio Botín y concuñado de Tita Cervera, bueno, esto último sólo lo digo por presumir – hay toda una generación de profesionales que no han trabajado nunca en un escenario de crisis, así que no saben muy bien ni qué hacer ni que va a pasar.

Evidentemente carecen de la formación adecuada, y los conocimientos y habilidades que se necesitan no están precisamente en los manuales de finanzas, porque en mi opinión, se trata de un problema de coordinación de elementos, y no tanto de conocimiento. Entonces ¿cómo aprender?

Los juegos de estrategia en tiempo real proporcionan el insight – que dirían los ingleses – necesario para interiorizar y asimilar habilidades de una gestión de recursos compleja, así como el establecimiento de una estrategia a largo plazo blindada ante épocas de vacas flacas.

¿Mande?

Veamos, este tipo de juegos generalmente funciona así: empiezas con unos pocos recursos, poco dinero (o créditos, según el caso) y tienes que hacer crecer tu espacio con la habilidad suficiente para:
  1. no quedarte sin dinero
  2. disponer de una, o mejor aún, múltiples fuentes de ingresos
  3. disponer de los depósitos – en sentido literal o financiero – que aseguren la continuidad y el crecimiento del sistema aún cuando falten temporalmente los ingresos.
  4. estar protegido frente amenazas externas – competencia, guerras...
  5. hacerlo todo con la presión del tiempo

Si pusiéramos delante de – pongamos un caso sencillo – Dune 2 (joía casualidad, el que yo más conozco) a la plana mayor del Gobierno (vale, y a la oposición) así como a los más altos representantes del mundo de las finanzas de España, incluyendo a mi amigo ¿cómo les iría? Aun explicándoles con todo detalle el juego, dudo que tardaran mucho los Atreides en aplastarles la raquítica, indefensa e ilógica ciudad que hubieran planteado.

Podría ocurrir que unos se enfocaran en cosechar mucha especia, otros en construir muchas centrales de energía, otros en hacer silos, otros se gastarían todo el dinero en vehículos defensivos (perdiendo la capacidad de producir), y alguno puede que tratara de hacer un par de cosas... La verdadera dificultad está en organizarlo todo a la vez: producción, crecimiento sostenible – y no me refiero al sentido ecológico del término -, defensa, protección ante épocas de crisis...

Naturalmente con unas cuantas partidas los jefazos aprenderían, como hemos hecho todos, pero el problema es que ahora mismo no saben, y antes tampoco. Así que vamos listos.

Por eso necesitamos alguien con años de experiencia en construir complejos imperios en Civilization, alguien que haya doblegado a los más belicosos enemigos en Dune 2, que haya extraído la mayor cantidad de metales preciosos de Settlers y que haya construido el más hermoso y rentable hotel en Yoot Tower. Y ese alguien es el que recordará la publicación de esta entrada porque el día anterior el Madrid perdió 1-2 con la Juventus.

P.D. Sí, los ejemplos de juegos que he puesto son del año catapún. La última revista de juegos que compré estaba dedicada a Erbe, así que imaginaos.

4 comentarios:

  1. Sería estupendo que tanto en tiempos de crisis como en tiempos de bonanza, los políticos y las gentes que tienen que dirigir naciones, estados, bancos y vidas contaran con los conocimientos y las buenas intenciones que tanto pregonan en sus campañas electorales y bueno, si no tienen ese conocimiento, contrataran o contaran con gente que sí lo tenga y sobre todo, que sepa aplicarlo.

    Peeeero eso es utopía, la realidad queda en el 'to pa mí y los demás que se jod...'

    En fin, visto lo visto y viendo lo que se nos viene encima... Piercito for President, dí que sí.

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  2. Gracias, amigos. Desde este mismo momento declaro, "Gorilo for Prime Minister!!". Y yo me dedicaré a jugar con mis "ministras" a la Wii :P

    Erbe, qué grande...

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  3. Por cierto, chisme, bienvenido al blog. Puedes llamarme... Piter...

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  4. Piercito podría traducirse como muellecito...

    ¡Tlöngln!

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