domingo, 16 de junio de 2013

Televisión inteligente / interactiva…. pero de verdad!!

Vuelvo varios meses después por estos lares después de salir indignado de una conferencia sobre Televisión Interactiva, a la que acudí dentro de unas jornadas de divulgación tecnológica que organiza la empresa que me da de comer desde hace casi 15 años.

Y es que considero necesario compartir lo diferente que es mi visión de lo que se está “vendiendo” como Televisión Interactiva o Inteligente, que ya me parece curioso que se consideren ambos conceptos como equivalentes. Pero primero voy a intentar contaros lo que se nos ha explicado sobre el particular.

Televisión interactiva / inteligente según el mercado

El primero y más llamativo mensaje: es un nuevo canal de entrada a los hogares que está teniendo una penetración excelente en el mercado, pues se han adquirido ya más de millón y medio de aparatos de este tipo con Smart TV o Google TV. Destaca porque puedes instalar apps interesantes como las de tu banco, las de visualizar tu IRPF, Youtube, un navegador de internet y en ocasiones algunos juegos. Se considera también que una tele grandota enchufada a un media center, un Apple TV, Android stick,  reproductor de Blu-Ray o consola con conexión a la red entra dentro de este concepto.

Las referencias que se nos presentaron fueron bastante exitosas. Apps para bancos (banca interactiva), que te presentan tu saldo y operaciones que puedes hacer desde el sofá de tu salón. Apps que permitirían a los ancianos acudir virtualmente a sus consultas sanitarias periódicas sin abandonar la comodidad de su casa, gracias a una webcam. Apps que permiten votar (por ejemplo a una canción en un festival de tipo el de Eurovisión, a un contertulio en un debate, o una expulsión en un reality show).

Bien, excitante… bueno, la verdad es que no tanto. Me explico:

Todo eso no supone un nuevo canal de entrada a los hogares. El canal es el mismo de toda la vida: una antena nos trae docenas de emisiones unidireccionales, mientras que la conexión a internet nos permite obtener un “canal de retorno” que puede conseguir la deseada interacción. Pero es que eso no es nuevo. Se ha hecho desde hace años con canales de retorno tales como SMS o, incluso antes, con llamadas a números especiales que ofrecían servicios de tipo “SERmómetro” (¿años 80?).

Además, esas aplicaciones que os contaba no parecen realmente tan interesantes: ¿quién necesita ver su IRPF, su saldo o hacer operaciones bancarias desde la tele de su salón, probablemente con varias personas mirando? ¿Qué persona mayor tendrá preferencia por comprar una tele de éstas, contratar internet, instalarse una app, conseguir que su consultorio también haga uso de ella y aprender a usarla en lugar de pasarse como cada semana a saludar y preguntar por sus dolencias a otros en su misma situación crónica, a tratar en persona con su médico y conseguir las ansiadas recetas?… No lo veo, la verdad…

Y en cuanto a Youtube y el navegador de internet… me parece una incomodidad enorme acceder a ellos sin un teclado de ordenador y un ratón. Y claro, tener un ratón y un teclado en el salón es aún más incómodo (por pequeño y difícil de atinar con las teclas o por grande e incómodo de colocar). Y lo digo por experiencia: hace varios años tenía conectado un Mac Mini como media center a mi antiguo plasma cual monitor de 42” y sé lo que supone… Una televisión no es interactiva por ser el monitor grandote de un ordenador. Eso es un ordenador con un monitor grandote, nada más.

Por no hablar de la supuesta penetración de estos servicios en los hogares. Es que no hay más narices que comprar una tele de este tipo, ya no las hacen de otro, eso no supone que su comprador vaya a hacer uso de los servicios avanzados que te puede dar una tele moderna. A los que no estéis de acuerdo con lo que digo os preguntaría si tenéis una tele con 3D y cuántas veces lo habéis usado.

¿Qué considero yo entonces televisión interactiva e inteligente?

Pues no hay más que pensar en qué significan etimológicamente esos conceptos y darles una utilidad para la humanidad: un aparato que recibe las docenas de emisiones que entran por la TDT y es capaz de mostrarlos en una gran pantalla para varias personas a la vez (la caja tonta de toda la vida), pero que sabe de nuestras preferencias y permite resolver los problemas actuales derivados de la obsoleta interfaz de usuario que sufrimos a día de hoy o la búsqueda de los contenidos.

Una tele a la que no se le “habla” con un aparato alargado lleno de botones que llamamos desde hace más de 30 años “mando a distancia”. Un aparato en el que no hay que sintonizar los canales y ordenarlos después asignándoles un número. Al que no hay que pedir que muestre la guía de programación para decidir qué ver o a qué hora y en qué canal echan una peli. Al que no hay que enchufar cacharros varios, dependiendo de qué tipo de contenido queremos consumir (videojuego, DVD, serie bajada de internet, tarjeta de una cámara de fotos…).

La tele que yo ideo se maneja con algo parecido a un smartphone, al que le hablas directamente y obtienes respuesta a tus necesidades en situaciones como éstas:

- “Tele”, quiero ver el partido del Madrid de baloncesto
- Gerardo, el Madrid no juega hoy, ¿te pongo el partido de ayer?
- Vale, pero ponme el sonido de la radio, que los de la tele son muy catalanes
- Te pondré el sonido de Onda Madrid, que son más de tu gusto. El partido duró cerca de 2 horas, si quieres puedo recortar los momentos más intrascendentes y los anuncios.
- Vale, porque hoy no tengo mucho tiempo. Ah, y ¡avísame cuando sea el próximo partido, no quiero perdérmelo!
- Te pondré una alarma, descuida

¿Qué ha sucedido? El smartphone ha interpretado mi voz y ha buscado en la guía de programación cuándo juega el Madrid, en qué canal lo echan y a qué hora. Viendo que el partido fue ayer y que no lo vi, y usando también la voz, se ofrece a mostrarme una grabación que realizó durante la emisión en directo, al saber que no estaba viendo el partido (por estar viendo otro canal o con la tele apagada) y lo que me gusta este tipo de contenidos. Además, sabiendo que no me gusta el estilo de narración y prefiero otro tipo de comentarios, grabó de modo sincronizado el sonido de una cadena de radio que también entra por TDT. Durante la grabación, fue capaz de identificar los anuncios y los marcó para saltárselos si era mi preferencia, dado que conoce la duración de lo que ha grabado. Finalmente, hace otra búsqueda en la programación y activa una alarma en mi móvil.

Observad que en ningún momento he tenido que memorizar si el partido era en TVE, Teledeporte, o qué otro canal, o qué número tiene ese canal en el listado de canales de la tele.

- “Tele”, ponme Juego de Tronos
- Gerardo, ya has visto todos los episodios. Si quieres, te puedo recomendar otro tipo de serie que te puede gustar. Tienes una cuántas pendientes de ver!!! Además, tu madre va a querer ver “El Gato al agua”, que empieza en menos de una hora, o sea que no hay tiempo para otro tipo de contenido…

¿Qué ha sucedido? La tele sabe que no tengo contratado Canal+ sino que la serie la estoy descargando en mi ordenador. Sabe que he visto todos los episodios y se ofrece a mostrar otro tipo de contenidos parecidos, por temática, por duración o por cualquier otra característica, que haya descargado también de internet o que se estén emitiendo en esos momentos por cualquiera de los canales abiertos o contratados que tengo (Netflix, por ejemplo). Sabiendo que uno de los contenidos preferidos por otro de sus usuarios comienza en breve, no me da opciones de mayor duración.

- “Tele”, quiero matar unos marcianos, que vengo harto del trabajo!!
- ¿Qué tal una sesión de Call of Duty, Gerardo?
- No, no tengo tanto tiempo, mejor algo que sea más instantáneo…
- ¿Commando?
- Me lees la mente!! Adelante!!!

¿Qué ha pasado? La tele sabe que soy un gamer porque echo muchas horas con la PlayStation y me ofrece jugar un arcade “tope gama”. Como la Play está apagada, el juego estaría corriendo realmente en un sitio remoto, y estaríamos viendo la pantalla por streaming. A mi observación sobre la impetuosa necesidad de pegar tiros sin más esperas, se me ofrece un juego arcade de máquina recreativa de los de toda la vida, probablemente corriendo sobre MAME en el ordenador de la casa.

- “Tele”, quiero ver el partido de la NBA de esta noche
- Gerardo, el partido empieza a las 2.30 de la mañana y durará cerca de 3 horas. Recuerda que te lo puedo poner mañana…
- No, no importa lo quiero ver en directo
- Por supuesto, te pongo una alarma

Una vez más, la tele sabe que no tengo contratado Canal+, pero sí el SeasonPass de la NBA, que muestra los partidos por internet. Consulta el horario y me ofrece visualizarlo en otro momento. Finalmente, activa una alarma en el móvil.

- “Tele”, quiero ver “Love Actually” con mi novia
- Veo que está conectada a internet desde su hotel, en Roma. La llamo por Skype y espero a que me avises para empezar la emisión
[… unos minutos de charla después…]
- “Tele”, pon la peli!!
[la tele minimiza la imagen de mi novia y la pone en una esquina de mi pantalla, para que pueda verla reaccionar a cada escena, y hace lo mismo con mi imagen en su pantalla, mientras comienza la emisión sincronizada de la película para los dos]

Aquí se hace uso de una conexión desde internet al sistema y se le sirve contenido, tanto una videollamada como una película almacenada en el ordenador de la casa o contratada en alguno de los canales disponibles.


Vale, muy bonito todo pero ¿por qué a través de un smartphone?

La tele es uno de los pocos aparatos electrónicos de una casa que son de todos los usuarios de la casa. Sirve para que las madres vean Sálvame, los hijos pequeños sigan Bob Esponja, los adolescentes vean Sensación de vivir, las mujeres de la casa vean sus pelis románticas o su “Sexo en Nueva York” o sus maridos consuman deportes o pelis sangrientas. Si la tele tuviera que estar escuchando todo el rato lo que dice la gente, nos volveríamos locos. Creo que es mucho mejor que cada usuario se comunique a través de su smartphone y la “parrilla” de uso de la tele en la casa se establezca escuchando a cada usuario y planificando las emisiones. 

Además, siempre se podría incluir dentro de la caja de la tele un reproductor de tipo iPod Touch con la app de control por voz de la tele, por si el usuario en cuestión no tuviera un smartphone.


Pero todo esto suena a ciencia ficción!!!

Curiosamente, toda la tecnología que sería necesaria para conseguir una tele interactiva como la que yo sueño YA EXISTE. El móvil es accesible por comandos de voz y tiene capacidad para hacer búsquedas semánticas, recordar perfiles, y devolver respuestas en el contexto de una conversación. Todos conocemos los asistentes Siri o Google Now.

Las videollamadas se pueden gestionar por redes como Skype. Los ordenadores que guardan todos los contenidos no tienen siquiera que estar en nuestra casa, se podrían contratar ordenadores “en la nube”. Netflix o Hulu son capaces de conocer nuestros gustos (aunque hay que trabajar un poco más en el perfilado que hacen de sus usuarios), igual de bien que Amazon sabe las cosas que suelo buscar y comprar en su web.

Sólo hace falta un poco de ingenio para poner las piezas en su sitio, algo de pasta y mucho esfuerzo… ¿os animáis?

1 comentario:

  1. De hecho, yo había pensado en una solución para resolver el problema de los n canales y las particulares preferencias de los usuarios, mucho más modesta, claro. Un día te cuento.

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