Reseteo el router, me dan una IP nueva y me digo ¿y qué pasa si escribo en el navegador la IP con un número más arriba más abajo? Cuatro o cinco intentos más tarde ¡voilà! me cuelo en el router de un completo desconocido al que podría haber borrado los datos de conexión y obligarle a ver la tele el resto de la noche.
Esto me recuerda cuando los amigos de un ISP (cuyo nombre no voy a desvelar), me contaron que el 60% de las contraseñas de correo coincidían con el nombre de usuario. De esto hace ya tiempo, claro. Supongo que las cosas han cambiado y ya no se permiten determinados excesos.
De momento, los router sí que permiten configurar el socorrido admin admin, y a las pruebas me remito.
¡Tachán!
Sí, lo sé, soy un hacker de pacotilla.